LA HISTORIA DE UN AROMA A ROSA

Carmen Posadas escribe estas palabras para describir un aroma, que labor tan difícil, pero al leer el resultado nos lleva a todo un universo de imágenes y sobre todo a sentir el olor a Rosas, a bergamota y ruibarbo, a violeta y frambuesa y por fin a un rastro de musk, cashmeran y vainilla. La magia de un perfume no solo esta en sus esencias sino en lo que connota cada una de ellas. Aquí comienza la historia de un perfume llamado Rosa.

Un lugar

Se dice siempre que un aroma es capaz de transportarnos a tiempos felices pero ¿Es posible que, además, ayude a propiciarlos? Rosa cree que sí. Por eso, ha creado esta fragancia que quiere compartir con todas las mujeres que piensan que la llave de la felicidad está en su poder. Ya antes de abrir el estuche que encierra Rosa tenemos constancia del conjuro que nos propone.

Sobre la pureza del blanco leemos una reflexión de Rosa firmada por ella misma: “Si crees que puedes ser feliz lo serás”. El lema sin duda de una mujer de nuestro tiempo que ha sabido hacer sus sueños realidad. Y, para darle corporeidad a esos sueños que también pueden ser los de todas nosotras, los ha reunido ahora en un frasco que dice mucho de ella y también de las mujeres a la que está dedicado. Una forma rotunda y femenina en la que el cristal simboliza la transparencia y a la vez la fuerza, su tapón-joya el glamour y la belleza, mientras que el suave líquido rosa que flota en su interior, representa la ingravidez y la ligereza de la imaginación, también de la inspiración.

Un olor

Un bosquejo

Un recuerdo

Un proceso creativo

Y luego está la fragancia en sí con la que nos identificamos totalmente. Es difícil de explicar por qué un perfume más que una sensación es un rastro, un camino que a cada uno nos lleva a un lugar diferente. Puede hacernos bucear en tiempos en los que la vida era más serena, más demorada, cuando la gente se interesaba más en ser que en parecer, en amar la belleza y en buscarla. Pero también y sobre todo, sentimos que nos empuja hacia la vida que aún queda por vivir y en la que, como apunta Rosa, todo es posible si uno se lo propone.

Decía Proust que la rosa es la diosa de las flores, no porque sea la más bella, sino porque su perfume es capaz de crear en cada persona su mundo soñado. Con una primera impresión de bergamota y ruibarbo; su corazón de violeta y frambuesa y por fin su rastro de musk, cashmeran y vainilla.

Estoy segura de que esta rosa que ahora tenemos entre las manos nos llevará muy lejos. Exactamente a donde cada una elijamos ir.

Rosa de Tous