La colección de la diseñadora Isabel Henao fue una puesta en escena impecable en especial porque la exquisita paleta de color y las texturas lograron ser una vez más y en esencia, el alfa y el omega del carácter creativo de esta creadora.
Fotos Cámara Lúcida
En amarillo y champaña, en rojo y púrpura, en rosado y gris, en morado y naranja y en rojo “tomate de árbol” y arena la colección se dibujaba en capas de colores que chispeaban y salpicaban toda la pasarela blanca. Vestidos túnica y drapeados, pantalones de bota recta y ancha así como los volúmenes y asimetrías ya característicos de Isabel se enriquecieron con el styling de pieles empolvadas y rostros salpicados de color, enmarcados por pelos rosados y naranjas creación de Alex Ospina.
Adicinalmente la colección está inspirada en la obra del artista Cy Twombly, quien creó una conexión entre lo romántico y lo abstracto, influenciado por historias mitológicas, haikus y una relación estrecha entre el dibujo, la caligrafía y la pintura. Así, trazos de grafito y capullos de peonías florecen en las telas como un jardín de líneas y explosiones de colores en un delicado balance entre lo tenue y lo agresivo.
Chiffon, georgette, jersey de seda y matelassés de-construido se dejaron manchar de pintura y estampar digitalmente para crear la historia efímera pero indeleble de Píntame el cuerpo como un lienzo.
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